3 CLAVES para mejorar tu vida
¿Quién no ha pensado alguna vez cómo mejorar ciertos aspectos de su vida? Me atrevería a decir que todos pasamos por momentos de reflexión en los que analizamos qué aspectos debemos mejorar y cómo podemos hacerlo.
En el artículo de hoy te enseñaré las que considero las 3 claves infalibles para que puedas sentirte mejor y vivir una vida mucho más plena.
Malos hábitos alimenticios, estrés, trabajo, horarios incompatibles y muchas otras situaciones que cada día nos hacen despistarnos del momento presente y vivir mal y a toda prisa, pasando por alto los momentos de calma y la belleza de las pequeñas cosas que nos suceden a diario.
No te asustes, es algo que nos ocurre a todos, pero el querer cambiar lo que no nos gusta y decidirnos a mejorarlo de una vez por todas es algo que únicamente cada uno de nosotros puede hacer. Y ¡no!, no es tan difícil como te habían contado en novelas y películas.
¿Estás preparado? Pues antes déjame decirte que esta no es ninguna receta mágica de esas que prometen mejorar tu vida en pocas horas, pero sí una brevísima guía para que veas que, vivir mejor, de difícil tiene más bien poco. ¡O nada!
Clave 1: Aliméntate bien
Sí, lo sé. Esto lo habrás oído mil millones de veces y de dos mil maneras distintas, pero es una realidad que nadie podría negar.
En una sociedad estresada y con un ritmo de vida frenético, llevar una buena alimentación no solo es algo importante, sino que es algo 100% vital y necesario.
Es cierto que, en un mercado de productos cada vez más procesados, puede parecernos difícil apostar por alimentos naturales y de calidad, pero debemos tomar la responsabilidad de cuidar nuestro organismo y de aportarle solo aquello que pueda beneficiarle.
Los alimentos procesados, los azúcares, las grasas saturadas y todo un sin fin de productos que, a menudo sin darnos cuenta, se cuelan en nuestras despensa y nos tientan a pecar. Toda esta jauría está bien para algunos momentos puntuales, pero nuestra dieta diaria debe sostenerse en alimentos 100% reales, en comida de verdad.
Y sí, es posible que al principio, pensar en una lista de la compra más saludable y más real pueda parecernos misión imposible, pero nada más lejos de la realidad. Tendemos a creer que la comida sana es más cara, pero lo cierto es que existen infinidad de recetas y combinaciones facilísimas con las que podemos crear, con pocos alimentos y con poco dinero, platos riquísimos, completos y saludables.
Una buena opción es tener en cuenta la cantidad semanal de fruta y verdura fresca que ingerimos. La fruta y la verdura son siempre una de las opciones más saludables y más fáciles de encontrar, combinar y cocinar.
¿Qué me dices de una buena y facilísima ensalada de lentejas? Suena riquísimo, ¿verdad? Puedes hacerlo únicamente con un poco de lechuga, hojas de espinacas, zanahoria cruda rallada, semillas de girasol, nueces y un buen puñado de lentejas de toda la vida. ¡Chorrito de aceite y listo!
Eso sí, un dato importante para la compra de frutas y verduras es apostar por fruterías de calidad, alimentos de temporada y, a poder ser, de cultivo ecológico o kilómetro 0.
Además, y como ves, existen infinidad de formas de complementar tus recetas con semillas, frutos secos y legumbres, también muy fáciles de encontrar y con muchísimas vitaminas que aportarte.
Y es que lo difícil solo está en nuestra mente, y comer sano y alimentarnos bien es vital, fácil y rico. Sin duda, tu cuerpo, tu mente y tu espíritu agradecerán una dieta variada, saludable, real y de calidad.
Clave 2: Cuida tu descanso
¿Has oído alguna vez aquello de “dormir es perder el tiempo”? ¡Ay! ¡Quién soltaría semejante tontería! Si fuésemos conscientes de lo extremadamente necesario que es cuidar nuestro descanso, nuestra vida daría un giro de 180º.
Cuando nuestro cuerpo acumula un cansancio prolongado, a menudo sentimos que no somos capaces de llevar adelante un día ajetreado. Nos invade la pereza, el mal humor e incluso el desgano y la apatía. Nos sentimos poco capaces de afrontar ciertas situaciones y no tenemos ganas de realizar esfuerzos.
Sin embargo, cuando nuestro cuerpo está bien descansado, nos sentimos enérgicos, motivados, alegres, frescos y joviales. Las situaciones complicadas se vuelven más sencillas y nos sentimos capaces de afrontar todo lo que nos ocurra con mayor calma y positividad.
La diferencia entre una situación y otra, está simplemente en permitirle a nuestro cuerpo descansar tanto como necesite. En permitirle recargar su energía al 100%. Y tanto como necesite es realmente tanto como necesite.
Es cierto que todos debemos cumplir horarios y compromisos, como ir a trabajar o dejar a los niños en el colegio, pero todos tenemos la responsabilidad de darle a nuestro cuerpo el descanso que requiere para poder sentirnos bien. Y es mucho más importante de lo que a menudo pensamos.
¿Cómo podemos hacerlo? Fácil, muy fácil. Únicamente tienes que analizar qué ritmo de sueño estás llevando y adaptar tus horarios y compromisos a las necesidades reales de tu cuerpo. Un primer paso podría ser acostarte media hora antes de lo que lo haces cada día, o tomar una breve siesta de 20 minutos para reparar tu cuerpo.
Por supuesto que no estamos hablando de dormir 12 horas seguidas a diario, sino de aprovechar algunos momentos “muertos” durante el día para relajarnos y descansar, o acostarnos un rato antes en vez de sentarnos a ver la televisión o de hacer una sobremesa.
Simplemente escucha a tu cuerpo, reconoce cuándo necesita descansar y adapta tu horario a tu necesidad de descanso. De esa forma estarás invirtiendo tu tiempo y tu conocimiento en vivir mejor.
Clave 3: Relajación, calma y presencia
- ¿Relajación? ¿Como los monjes budistas?
- Yo no sé hacer eso, me es imposible relajarme.
- No soy capaz de dejar mi mente en blanco.
- A los pocos minutos de intentarlo me invaden los pensamientos y lo dejo.
- Ni siquiera sé qué es dedicarme un rato para mi.
- ¿Cómo voy a aprender a relajarme? Eso es para gente “zen”.
Si te reconoces en alguna de estas frases, déjame decirte que sí, estás evadiendo la responsabilidad de dedicarte un tiempo y un espacio para ti mism@. A menudo nos ocurre a todos.
Como hablábamos, vivimos en una sociedad estresada que no sabe parar, y nos dejamos llevar por el piloto automático. Estamos demasiado ocupados con nuestra vida diaria como para permitirnos tomar un respiro de calma para nosotros mismos. Y cuando nos lo proponemos, tampoco encontramos el momento.
Pero la realidad es que, a pesar de todo lo anterior, puedes y debes hacerlo. Puedes decidir dedicarte momentos de calma y presencia en los que respirar profundo y sentirte aquí y ahora. No es nada mágico ni nada que alguien no pueda hacer. Todos podemos hacerlo. Tu hermana, tu primo, tu tía, tú, yo.
Se trata simplemente de que busques un momento para dedicarte unos 15–20 minutos al día y hagas algo que te relaje y te guste hacer. Puede ir desde trasplantar tus geranios hasta dibujar, escribir un relato, tomarte un café en el jardín, darte una ducha caliente o simplemente sentarte en el suelo con música relajante.
Cuando pasas tiempo haciendo algo que te gusta y te relaja, te nutres por dentro y elevas tu energía. Estás tomándote un tiempo para disfrutar y estar aquí y ahora y estás apagando el piloto automático. Podemos decir, que, en ese momento, estás viviendo de forma pausada y con presencia, estás viviendo de verdad. Y esa es la magia de la vida. Vivirla con calma y presencia. A fuego lento.
Créeme, hacerlo es realmente fácil. No necesitas buscar complicaciones, estoy segura de que sabes de qué hablo. De esa sensación que te invade cuando haces algo que te relaja y te serena. Cuando te dedicas un espacio personal y te sientes bien, muy bien.
Porque realmente no importa a qué hora, ni qué hagas ni de qué forma si lo que haces respeta a otros y te serena a ti.
Así que toma tus riendas ahora mismo y empieza ya a invertir tiempo en ti. En hacer eso que te relaja y te hace sentir especial.
Elimina ahora mismo el piloto automático y vuelve a la vida en modo manual. Dedícate ese espacio que tanto te mereces y hazlo cada vez que te apetezca.
Invertir tiempo y espacio en uno mismo es invertir en vivir mucho mejor.
Conclusión
Como ves, estos 3 sencillos pasos pueden darle a tu vida un gran giro de positividad y vitalidad. Y no estamos hablando de ninguna pócima secreta, sino de las necesidades más básicas de todo ser humano de carne y hueso.
Cambiar una alimentación basada en alimentos ultra-procesados por una alimentación más real y saludable te aportará energía, salud y vitalidad. Permitirle a tu cuerpo todo el descanso que necesita te hará sentirte más jovial, más motivado, más fresco y más dispuesto.
Tomar entre 15 y 20 minutos diarios para relajarte eliminará el estrés y te devolverá a una vida más consciente y más pausada.
Y sí, todos conocemos la importancia de los 3 puntos anteriores, pero solemos evitar la responsabilidad de ponerlos en práctica.
Sabemos que comer bien es vital, pero a menudo comemos alimentos poco saludables. Sabemos que descansar bien es necesario, pero a menudo se nos hacen cortas las horas del día. Sabemos que relajarnos es esencial para sentirnos bien, pero “no tenemos tiempo” y lo dejamos para otro día.
Por eso es necesario que recuerdes que mejorar tu vida depende únicamente de ti. Nadie puede sustituirte en esa gran labor.
Únicamente necesitas escuchar tu cuerpo y utilizar tu sentido común. Aplicar lo que ya sabes para vivir una vida más saludable, una vida más plena y una vida mejor.
¿Para qué vas a dejar pasar más tiempo? El tiempo que tenemos es hoy.
Trabaja en tu cuerpo, en tu mente y en tu alma y vive una vida más enérgica, más saludable, más alegre y más vital.
¿Te has decidido ya? ¡Cuanto antes empieces antes verás el cambio! :) Te lo aseguro.
Gracias por tu tiempo.
Mireia Megia