3 PASOS para ser más productivo

Mireia Megia
7 min readJan 28, 2021

Bendita productividad. Esa fuerza que nos empuja a crear y a hacer. La que nos conduce a tomar las riendas y pasar de proyectar a realizar.
Y es que, ¿Quién no desearía tener los niveles de productividad siempre al máximo y alcanzar todo lo se propone? Creo que todos lo deseamos, pero muy pocas veces lo conseguimos.

Estamos demasiado acostumbrados a procrastinar, o a dejar las cosas para más tarde y muy poco acostumbrados a organizar y priorizar.
Pensamos que el tiempo seguirá estando ahí, para nosotros, y dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy. ¡Y qué gran error! Porque el tiempo que tenemos es hoy, únicamente hoy. Y, si realmente queremos iniciar la acción de cambio, debemos tomar las riendas de nuestra productividad en este mismo instante.

En el artículo de hoy te compartiré los que considero tres pasos importantes para que puedas tomar las riendas de tus proyectos, de ti mismo y aumentar así tu productividad sin tener que dejarte la vida en ello. Así que si tienes un proyecto en mente pero nunca logras ponerte a trabajar en él o si quieres hacer muchas más cosas de las que haces en un día pero nunca lo consigues, estoy segura que este artículo - guía te ayudará.
¿Te animas a descubrirlo? ¡Vamos!

Paso 1: Organiza tus tareas

La organización de tareas es algo de lo que ya habrás oído hablar. “Organiza tus tareas y consigue hacer más en menos”. ¡Sí, claro!, pensarás. Es posible que parezca una frase hecha de aquellas que de reales tienen más bien poco, pero déjame decirte que es totalmente cierto.

En un espacio desestructurado y caótico nunca puede haber productividad. Si tus tareas — bien sean proyectos, deberes, responsabilidades o deseos — carecen de guía, forma y estructura, nunca llegarás a realizarlas del modo en que deseas. Ni a lograr hacer más en menos tiempo.
Esto se debe a que, como seres de naturaleza humana, necesitamos llevar a cabo una organización de nuestros quehaceres para poder optimizar nuestro tiempo, por pequeños que estos puedan resultar.

No importa si tu día va a componerse de llevar a los niños al colegio y después practicar una hora de yoga, o de si debes cumplir 8 horas de trabajo y después ponerte a escribir un libro. Sea lo que sea lo que quieres — debes — deseas hacer, es necesario que puedas organizarte con el objetivo de clarificar los pasos y optimizar tu tiempo.

Una forma fácil de organizar tus tareas es hacerte con una buena agenda. Lo sé, es posible que este primer paso te recuerde a tus años en el colegio. ¡Qué maravillosos años!, ¿verdad? Y es que si echas la vista atrás y recuerdas ese momento en el que todo lo que debías hacer estaba apuntado y organizado, te darás cuenta de que, con la mitad de edad, eras mucho más productiv@ que con el doble. Podías organizar tus tareas fácilmente y llegar a cumplir los plazos que te marcabas. Podías entregar dos trabajos el mismo día y haber estudiado para tres exámenes. Además de haber practicado la coreografía de extraescolares de danza.

Y es que llevar un registro de nuestras tareas diarias nos ayuda a organizarnos mentalmente y a fijarnos tiempos. Y cuando fijamos tiempos a una tarea, estamos organizando, optimizando y sumiéndonos en el compromiso propio de realizarla en el tiempo estipulado. Podríamos decir que nos estamos tomando un reto sin márgenes de tiempo, por lo que necesitamos ponernos cuanto antes a trabajar en ello. Y es así como logramos aumentar nuestra productividad.

Así que ya sabes cual es el primer paso para empezar a ser más productiv@; hazte con una buena agenda o un espacio donde organizar tus tareas y empieza a poner orden a tu mente y a tus días. ¡Verás qué bien te organizas y cómo te estructuras!

Paso 2: Selecciona y prioriza

¿Qué es más importante para ti; leer esa novela romántica que llevas dos meses queriendo leer o acabar el tercer capítulo del libro que estás escribiendo? No es necesario que respondas, tan solo es un ejemplo. Pero sí es necesario que interiorices el trasfondo de la pregunta. Y es que a lo anterior se le llama seleccionar y priorizar tareas.

Pongamos como ejemplo a Juan, que en un solo día tiene que cumplir con 5 horas de trabajo, llevar a los niños a clase de danza, practicar una hora de tenis, descambiar unos pantalones que compró y le van grandes y crear la página de inicio de una web propia para su negocio de coaching. Si Juan no organiza las tareas que tiene ese día, muy probablemente llegará a casa agotado y con la sensación de haber tenido un día de locos. Ahora bien, si Juan organiza sus tareas, marca sus tiempos y selecciona y prioriza lo más importante para él, muy probablemente logre hacer todo lo que debe o se ha propuesto con un ánimo completamente diferente.

En este caso, Juan es consciente de que las horas de trabajo debe cumplirlas, así como también debe llevar a los niños a danza. Aún así, Juan decide dejar la acción de descambiar los pantalones para el fin de semana y pasar la práctica de tenis al viernes, que tiene la tarde libre. Por lo tanto, cuando Juan sale de trabajar, lleva a los niños a danza y se va a casa a crear la página de inicio de su web de coaching, que lleva meses queriendo hacer y desea poner en marcha cuanto antes.

Podríamos decir que Juan ha sabido seleccionar y priorizar las tareas — responsabilidades — deseos más importantes y ponerlos en primer lugar para tomar acción. Lo que Juan ha considerado que podía esperar, como el partido de tenis, ha pasado a formar parte de la organización de otro día de la semana. Así, Juan ha podido terminar la página de inicio de su web de coaching que llevaba meses queriendo terminar y pronto podrá publicarla.

Sé que la historia de Juan puede parecerte poco matizada o lejana a tu realidad, pero es un buen ejemplo de lo que quiere decir seleccionar y priorizar nuestras tareas diarias. Y es que tomarte el tiempo de priorizar tareas — deberes — responsabilidades — deseos constituye una de las mejores formas de optimizar tu tiempo, de ser más productiv@ y de llegar a realizar todo lo que te propongas.

Paso 3: Rompe la procrastinación

“Procrastinar — posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes. Procrastinar es una forma de evadir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad, una acción o una decisión que debemos tomar.

A menudo, todos procrastinamos. Y es que tomar la responsabilidad de realizar una tarea que requiere de un esfuerzo por nuestra parte no es siempre la opción que más deseamos. Está muy claro que Juan, a priori, preferiría irse a tenis con sus amigos en vez de tener que irse a casa a trabajar en su nueva página web. A Juan le gustaría poder crear su web con un chasquido de dedos y así poder pasar más horas jugando al tenis, pero eso es realmente imposible. Para Juan, para María, para ti y para mí.

Toda tarea — responsabilidad — deber — deseo — proyecto conlleva un esfuerzo, un sacrificio y una energía que debemos poner de nuestra parte. Nada se realiza solo, absolutamente nada. Y sí, aquí podría quedar genial el típico “si no luchas por tus sueños, probablemente te quedes en camino de alcanzarlos”. Pero es bien cierto.
Procrastinar nos lleva a dejar escapar el tiempo y a no-hacer. Es posponer para seguir posponiendo. Y, como hablábamos, procrastinando caemos de nuevo en el error de pensar que el tiempo va a seguir estando enteramente disponible para nosotros.

Por lo tanto, y como somos conscientes de que el único tiempo que tenemos es aquí y ahora, te invito a romper con la procrastinación ahora mismo. Deja de posponer tus tareas y elimina la decisión de que ya lo harás mañana. Tal vez ese mañana nunca llegue y esa tarea — responsabilidad — deseo — proyecto, quede sin hacer una vez más.

Conclusión:

Ahora que ya conoces los tres pasos que te ayudarán a ser más productiv@, es hora de pasar de la teoría a la práctica. Ya sabes, ¡por aquello de no procrastinar!

Organiza tus tareas, sintetiza, selecciona, prioriza y empieza a trabajar ahora mismo en ellas. Organizar te permitirá esclarecer tu mente y estar preparad@ para lo que vas a realizar. Seleccionar y priorizar te permitirá escoger qué es lo más importante y lo que debes — deseas empezar en primer lugar. Dejar de procrastinar te permitirá tomar las riendas de tu vida, de tus proyectos y de ti mismo y empezar a optimizar tu tiempo.

Empezar a aumentar tu productividad no requiere de una fórmula mágica, sino simplemente de tu predisposición a mejorar tu día a día. De tu predisposición a vivir mejor y a alcanzar tus metas.

Gracias por leerme.

Mireia Megia

--

--

Mireia Megia

Copywriter, storyteller y redactora creativa. Escribo contenido creativo sobre bienestar y salud holística y textos de copywriting para empresas.